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“Estoy muy preocupado…” ¿te reconoces?

“Estoy muy preocupado…” ¿te reconoces?

La preocupación es una emoción muy frecuente en la mayoría de los profesionales de cualquier disciplina, en los deportes, en el disfrute, en la vida misma y mucho más frecuente en aquellos que practicamos el liderazgo. Los líderes -entre otras- asumen la responsabilidad de: 

  •  apoyar y guiar a sus equipos,
  • tomar decisiones importantes,
  • entrenar y desarrollar a sus compañeros
  • influir en sus grupos de trabajo, en sus organizaciones y también de
  • visualizar y prever posibles desafíos y retos 

Sin embargo, cuando la preocupación crece y se convierte en una constante, puede afectar seriamente la efectividad del líder. Este líder, puede verse atrapado en un ciclo de ansiedad que afecta grandemente su rendimiento, y también el de su equipo de trabajo. Los demás compañeros y subordinados nos dicen “el preocupón”, “nervioso”, “ansioso” por aquello de que siempre está esperando a que llegue el lobo o que algo salga mal. 

  • ¿siempre ansioso?
  • ¿con muchas dudas de si mismo y de la capacidad de otros?
  • ¿ver el peligro y daño en cualquier acción?
  • ¿pensando que algo va a salir mal, siempre?
  • ¿mis colegas y equipo van a cometer errores?

¿Te reconoces? yo si! en varias etapas de mi vida. 

Bueno, hablemos de esto, ¿cómo identificar cuándo la preocupación se ha vuelto un problema?, ¿cómo gestionar esa ansiedad de manera más  efectiva? y mejor aún ¿cómo convertir la preocupación en una herramienta que sea constructiva para nuestro liderazgo?.

  • El papel de la preocupación en el liderazgo

La preocupación de un líder comprometido con su trabajo en sí no debe de ser algo negativo. Debemos verla como una señal de alerta, y que nos ayude a asegurarnos de que todo funcionará correctamente. De hecho, la preocupación puede ser útil cuando lleva a la previsión y la planificación proactiva. Un líder que se preocupa por su equipo y su trabajo tiende a ser más consciente de los posibles riesgos y está más preparado para enfrentarlos.

Sin embargo, cuando la preocupación se vuelve excesiva, puede tener efectos contraproducentes. El líder “preocupón” a menudo se encuentra atrapado en pensamientos catastróficos, anticipando los peores escenarios y dudando de cada actividad, de cada persona y de cada decisión. Esta mentalidad puede generar mucho estrés, falta de confianza y una incapacidad para actuar de manera clara y decisiva.

El desafío de ser un líder preocupón

Los líderes “preocupados” enfrentamos varios desafíos, algunos que se vienen a la mente serían: 

  • Parálisis por análisis: La preocupación constante puede llevar a un exceso de análisis, donde el líder se siente incapaz de tomar decisiones rápidas y efectivas. Este exceso de análisis puede ralentizar el progreso del equipo y generar mucha frustración, en el propio líder, sus equipos y de sus directivos.
  • Pérdida de confianza: Un líder que está constantemente preocupado puede proyectar una falta de confianza en sus decisiones, lo que puede afectar la moral del equipo. Los empleados pueden empezar a cuestionar las decisiones del líder y sentirse inseguros sobre el rumbo del proyecto.
  • Desgaste mental y físico: La preocupación no solo afecta la mente, sino también el cuerpo. El estrés constante puede llevar a problemas de salud, como insomnio, fatiga y enfermedades relacionadas con el estrés.

Cómo gestionar la preocupación en el liderazgo

Gestionar la preocupación como líder no significa que la ignoremos, sino que aprendamos a manejarla de manera efectiva. A continuación, algunas estrategias que me recomendaron y funcionaron y considero que pueden ayudarte a superar la preocupación excesiva y convertirla en una herramienta constructiva:

  • Identifica las preocupaciones reales y sácalas de tu mente: Es fácil dejarse llevar por preocupaciones vagas o irreales. Tómate el tiempo para identificar cuáles de tus preocupaciones son realmente válidas y cuáles son exageraciones. Haz una lista de las preocupaciones reales y enfócate en encontrar soluciones para ellas, en lugar de dejar que se acumulen en tu mente.
  • Esta es una buena y requiere de cierto esfuerzo, Establecer límites para la preocupación: Dedicar un tiempo específico del día para estar preocupado y una vez que ese tiempo termine, decide dejar de lado esas preocupaciones y enfocarte en las tareas actuales. Esta técnica, conocida como “tiempo para preocuparse”, puede ayudarte a contener la preocupación y evitar que interfiera con tu productividad diaria.
  • Confía en tu equipo: Una de las principales fuentes de preocupación para los líderes es la falta de confianza en su equipo. Aprende a delegar tareas y a confiar en que tus colaboradores pueden manejar sus responsabilidades. Esto no solo aliviará tu carga, sino que también empoderará a tu equipo para tomar decisiones y resolver problemas de manera autónoma.
  • Céntrate en el presente: Es una herramienta poderosa para gestionar la preocupación. Al centrarte en el presente y en lo que puedes administrar, te ayudará a reducir la ansiedad y el estrés. La respiración consciente es una técnica simple pero efectiva que puede ayudarte a mantener la calma en momentos de alta presión. Sí, inhala, retén, exhala, 10 – 20 segundos bastan.
  • Cultiva una mentalidad de solución: En lugar de quedarte atrapado en la preocupación, enfócate en encontrar soluciones. Cuando enfrentes un problema, en lugar de preocuparte por lo que podría salir mal, pregúntate: “¿Qué puedo hacer para solucionar esto?”. Este cambio de mentalidad te ayudará a sentirte más en control y a reducir la ansiedad.

La preocupación es una parte natural del liderazgo, pero cuando se vuelve excesiva, puede convertirse en un obstáculo para el éxito. Al aprender a gestionar la preocupación de manera efectiva, puedes liberar espacio mental y emocional para enfocarte en lo que realmente importa: liderar con confianza y claridad.

Recuerda, la clave no es eliminar la preocupación por completo, sino aprender a manejarla de manera que no interfiera con tu capacidad para tomar decisiones y guiar a tu equipo. Con las estrategias adecuadas, puedes convertir la preocupación en una herramienta constructiva que te ayude a anticipar problemas y a liderar con más seguridad.

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